Vida digna para nuestros adultos mayores

adultos-mayores-pc

Por Dalia Garrido

En vísperas de la transición entre mes y mes, acostumbro echar un vistazo a las efemérides que rubrican su paso y hacen la diferencia en nuestros días. En esta ocasión, inmediatamente llamó mi atención el primer día del mes de octubre, señalado ostentosamente en el almanaque con la imagen de una anciana y el título «Día Internacional de los Adultos Mayores».

He de confesar que me llama la atención que la Organización de las Naciones Unidas haya declarado tan sólo un día al año para tal celebración, considerando que para todos los que viven el declive de quienes tan amorosamente nos dieran la vida, todos los días son del adulto mayor.

Tantas mexicanas y mexicanos que asisten con preocupación y desvelo sus novedosas dolencias, y aguardan estoicamente los terribles veredictos de los galenos, que cada vez se vuelven más parte del círculo cercano de amistades, supliendo la ausencia de las risas que en nuestra infancia y juventud llenaran el hogar. Me siento infinitamente afortunada de haber contado en su momento con la posibilidad de retribuir, en tan pequeña medida, todo lo que recibí de mis más queridos viejecitos, y lamento profundamente que varios de mis coetáneos ya no se encuentren en esa situación.

La esperanza de vida, que en 1930 era tan sólo de 35 años, alcanzó los 77 para las mujeres y los 72 años para los hombres en el 2013. Tal incremento en la expectativa de vida ha redundado en el vertiginoso crecimiento de la población adulta mayor, la cual actualmente representa el 9% de la población total de nuestro país.  Este cambio demográfico nos tomó por sorpresa, y colocó sobre nuestros hombros la responsabilidad de encontrar soluciones y destinar espacios que les permitan transitar productiva y dignamente la tercera etapa de su vida, creando una nueva forma de política pública, no solamente enfocada a lo urgente, sino también a lo necesario, con visión práctica para prever los retos a los que nos enfrentaremos.

Según estadísticas del CONEVAL extraídas en el año 2010, el 46.7% de la población adulta mayor se encontraba en situación de pobreza, y solamente el 25% contaba con una pensión. El 75% restante debía ingeniárselas para encontrar la diaria subsistencia, y en caso de no encontrarse económicamente activa, quedaba al amparo de las políticas asistenciales y la sociedad civil. Ante este panorama, se creó el Programa Pensión para Adultos Mayores, implementado por Sedesol, que actualmente proporciona un apoyo económico a personas mayores de 65 años de edad, y les brinda facilidades para acceder a los servicios que prestan instituciones como el INAPAM. Esta aportación significa reducir la vulnerabilidad de la población adulta mayor, así como un paso decisivo en la dirección correcta hacia una sociedad más solidaria y socialmente responsable, proporcionándoles un lugar en el cual encuentran el apoyo específico para afrontar sus diferentes necesidades.

Solamente en la conciencia de que nuestra población adulta mayor goza de la tranquilidad de un futuro pleno, participativo e incluyente, podemos realmente celebrar el día del Adulto Mayor, como un día en el que nuestra herencia viva sea el reflejo digno de nuestro propio futuro.

Deja tu comentario